La principal virtud del coworking es huir del aislamiento y soledad laboral. Al trabajar solo en casa, es frustrante cuando tienes una idea y no puedes contrastarla con nadie, mientras que compartiendo lugar de trabajo, puedes intercambiar opiniones con los demás y quién sabe, pueden surgir excelente ideas que no te hubieses imaginado. ​

Reduces los gastos que generaría el mantenimiento de una oficina tradicional. Un espacio de coworking no sólo se dirige a aquellos que trabajan desde sus casas, sino también para las personas que trabajan en oficinas, pero que por circunstancias o motivos provisionales, no pueden afrontar los gastos que representa tal infraestructura, aquí puedes llegar a ahorrar más de un 70% entre alquiler, mobiliario, luz, teléfono e internet.

Este es el gran beneficio de los coworkers. Es importante ser humilde y entender que no somos expertos en todo. Los autónomos cuentan con un limitado número de recursos individuales, pero gracias a la colaboración e intercambio (tanto de servicios, como de conocimientos), son la clave para sacar adelante los proyectos.